Las fotografías llamadas ensambles son resultado de la vecindad de dos o más tomas —digamos normales—, con el propósito de ofrecer una experiencia visual oscilante entre la fragmentación y la unidad de la imagen; contando, sobretodo, con el fuerte hábito del espectador de considerar a la fotografía como una sola toma.
Como respuesta al hecho de los límites del formato fotográfico, el ensamble de imágenes permite extender el plano de las tomas, al mismo tiempo que respeta los resultados directos de los instrumentos del fotógrafo.